Cuando las teorías de conspiración se convierten en realidad, o quizas siempre fueron verdad. Después de 41 años de acuerdo a la ley de transperencia del gobierno de USA se hace público como fue que se hizo el deal de los famosos petro-dólares entre USA y Arabia Saudí en 1974. A raíz de la victoria de Israel sobre todos sus enemigos árabes y rusia en la Guerra de Yom Kippur en 1973 y también gracias a la ayuda de Nixon de enviar todo el apoyo militar posible, en 1974 el carte l de la mafia de la OPEP lleva a cabo el embargo de petróleo y doblegar a USA en donde la economía prácticamente colapsa. El fracaso no era opción así que Nixon comisionó a William Simon, secretario de tesoreria, un ex trader de bonos de Salomon Brothers para negociar con los saudí. El deal era muy sencillo: USA le compraria petróleo a Arabia Saudí, y proveera al reino con armas y equipo y a cambio los saudí comprarian bonos y tesoros del estado para así financiar la deuda que ya USA habi...
Los bombardeos de USA en el norte de Irak no tiene nada que ver con la supuesta "ayuda humanitaria" o "genocidio" a 40 mil personas atrapadas en la montaña. Mientras tanto Obama de vacaciones en Marthas Vineyard.
La Casa Blanca no ha engañado a nadie. Aunque la
prensa, comprensiblemente, centre toda su atención en el drama de los
cristianos y los yazidíes que huyen de la persecución religiosa del
Estado Islámico, las razones para la intervención militar de Estados
Unidos en contra de los islamistas son más bien pragmáticas. Los
yazidíes ya estaban siendo acosados por los islamistas, lo mismo que los
cristianos (tanto en Irak como en Siria, donde sus perseguidores,
paradójicamente, son aliados de Occidente). Lo que verdaderamente ha
obligado a Barack Obama a intervenir por medio de bombardeos selectivos
es la amenaza que supone el avance del Estado Islámico hacia la región
autónoma del Kurdistán iraquí, y en concreto su capital, Erbil.
Centro de inteligencia
Ahí se encuentra un importante centro de
Inteligencia desde el que los servicios secretos norteamericanos e
israelíes coordinan las operaciones de vigilancia y sabotaje en Irán,
que está al otro lado de la frontera. Washington tiene mucho personal
ahí y no quiere una repetición del desastre de Libia el 11 de sept de 2012, en el
que su embajador y varios funcionarios de la legación en Bengasi fueron
asesinados por Al Qaeda, un asunto que supuso un daño
inmenso a la popularidad del presidente Obama.
En un sentido más general, el Kurdistán iraquí es
un aliado importante en la zona, bastante estable y próspero, el
contraejemplo del desastre que ha sido Irak desde la invasión del 2003.
Desde mucho antes que eso, incluso, desde hace más de veinte años, los
norteamericanos han venido invirtiendo muchos esfuerzos y recursos en el
Kurdistán. A juzgar por lo visto, no parece que hayan sido suficientes:
sus milicias, los peshmergas, a los que se consideraba hasta ahora como
una fuerza eficaz e incluso temible, se han derrumbado en pocos días
ante el empuje de los yihadistas. La explicación que se da a este
fracaso es la falta de armamento pesado. Washington prefirió no
entregárselo en su momento a los kurdos por temor a que lo empleasen
para independizarse de Irak, algo que ahora han anunciado que van a
hacer de todos modos. Por su parte, los islamistas (y los antiguos
oficiales del ejército de Sadam que les ayudan) cuentan con el material
pesado de las divisiones iraquíes a las que pusieron en fuga en Mosul,
incluidos blindados y artillería. Esa es la ventaja que se pretende
debilitar con los ataques aéreos norteamericanos.
De momento parece que lo están consiguiendo
aunque, por supuesto, se trata de un parche y en el Pentágono lo saben.
Hacer frente de verdad al desafío que supone el Estado Islámico
requeriría una revisión muy profunda del juego de alianzas que existe
hoy en día en Oriente Medio. Sería necesario pactar con el régimen de
Bachar al Asad en Siria que también combate al Estado Islámico; habría
que normalizar las relaciones con Irán y relegar a Arabia Saudí, que no
ha dejado de financiar el yihadismo suní, etc. Son tabúes a los que el
presidente Obama no puede ni remotamente enfrentarse, por lo que los
bombardeos selectivos se convierten en la única medida posible, aun
conociendo bien sus limitaciones.
Fuente: LavozdeGalicia
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