Que Puedo Aprender de Nehemias, el Ejecutivo -CEO de la Biblia
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,
5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
Con poco tiempo para pensar, Nehemías oró a Dios. Ocho veces en este libro se lee que ofreció una oración espontánea. Nehemías oró en cualquier momento, incluso mientras habla con los demás. Él sabía que Dios está siempre presente, siempre a cargo, siempre escuchando, y siempre dispuesto a responder.
Nehemías podría orar a Dios con confianza durante todo el día porque había establecido una relación íntima con él en tiempos de la ampliación de la oración. Si queremos tener la certeza acerca de nuestras oraciones breves, tenemos que tomar tiempo para cultivar una fuerte relación con Dios a través de momentos de oración en profundidad.
De la Biblia TouchPoint (Tyndale House)
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