Autor de Clásicos Distópicos Predijo el 'Uso de Mascarillas para Hacer Cumplir la Conformidad' hace 90 años

 

Después de más de 6 meses de PLANdemia los gobiernos han llevado a cabo un lavado de cerebro sistemático haciéndole creer a los ciudadanos que la mascarilla los va proteger de no contagiarse del resfriado SARSCOV2.

Los funcionarios públicos y muchos ciudadanos ya sean acostumbrado a la "nueva normalidad" de no tener identidad en sus rostros y ser uno más del sistema.

Los bebés desde que nacen le ponen una mascarilla para ir adoctroninando al nuevo sistema.

Para la Élite Globalista el uso obligatorio de la mascarilla ha sido el triunfo más grande de su experimento en la fase 1 del GRAN RESETEO.

 

Escrito por Paul Joseph Watson a través de Summit News,

El respetado autor alemán Ernst Jünger predijo la omnipresencia de las mascarillas para reforzar la conformidad y la uniformidad en una sociedad futura distópica en una novela llamada El trabajador que se publicó hace casi 90 años.

Con las mascarillas convirtiéndose ahora en una parte obligatoria de la “nueva normalidad”, las medidas de aplicación para hacer que las personas las usen, tanto por parte de agentes del estado como del público en general, se están volviendo más deshumanizantes y draconianas.

Este es precisamente el escenario previsto por el enigmático autor alemán Ernst Jünger en su clásico de 1932.

Como detalla Thomas Crew en su artículo La era distópica de la máscara, la “erradicación de toda individualidad” es un tema recurrente en toda la literatura distópica.

Así lo expresa George Orwell en 1984 cuando describe a las masas como “una nación de guerreros y fanáticos, marchando hacia adelante en perfecta unidad, todos con los mismos pensamientos y gritando las mismas consignas… trescientos millones de personas todas con el mismo rostro. "

Crew explica que este tema es dominante en The Worker de Jünger, donde, "La uniformidad de la nueva era está simbolizada ... por la repentina proliferación de la máscara en la sociedad contemporánea".

 

“No es casualidad”, escribe, “que la máscara vuelva a empezar a jugar un papel decisivo en la vida pública. Está apareciendo de muchas formas diferentes ... ya sea como una máscara de gas, con la que están tratando de equipar a poblaciones enteras; ya sea como mascarilla para el deporte y las altas velocidades, visto en todo piloto de carreras; ya sea como máscara de seguridad para lugares de trabajo expuestos a radiaciones, explosiones o sustancias narcóticas. Podemos suponer ”, prosigue con inquietante presciencia,“ que la máscara llegará a asumir funciones que hoy apenas podemos imaginar ”. 

Crew explica cómo se le ha lavado el cerebro al público para que crea que la continuación de la vida, sin importar cuán sofocada, atomizada e indigna sea, es la única consideración. 

“Dada la repentina ubicuidad de la mascarilla facial en 2020, en todo el mundo y en un número creciente de contextos sociales, es imposible evitar la conclusión de que este es precisamente el tipo de desarrollo que Jünger tenía en mente. Nuestra disposición a oscurecer el rostro refleja las tendencias deshumanizantes que, para Jünger, subyacen en el período moderno. Representa otra etapa en la degradación del individuo que se hizo explícita en la Primera Guerra Mundial. Ya sea como un trozo de material en el campo de batalla o como un engranaje en la máquina de la economía de tiempos de guerra, la era moderna tiene la costumbre de reducir al ser humano a un objeto funcional. Todo lo que no es esencial, es decir, todo lo que nos hace humanos, se descarta alegremente ". 

El nivel de cumplimiento que los gobiernos y los medios de comunicación han podido adoctrinar a las personas para que lo adopten significa que hay poca necesidad de que los oficiales de policía y de seguridad hagan cumplir el uso de mascarilas.

Fuente: ZeroHedge

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